El presidente de EE.UU. se reunió durante más de una hora con los principales líderes republicanos y demócratas del Congreso, que manifestaron a la salida la falta de avances para resolver la crisis que mantiene a la Administración parcialmente cerrada por falta de fondos desde la madrugada del martes.
"No quieren negociar. Hemos tenido una conversación agradable, pero en algún momento vamos a tener que permitir que el proceso avance", dijo el presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano John Boehner, el primero en salir de la reunión.
En efecto, Obama "expresó a los líderes que no va a negociar sobre la necesidad de que el Congreso actúe para reabrir el Gobierno o para incrementar el techo de la deuda", que se alcanzará el próximo 17 de octubre, según indicó la Casa Blanca en un comunicado.
"El presidente sigue confiando en que prevalecerá el sentido común y que el Congreso no sólo hará su trabajo para reabrir el Gobierno, sino que también actuará para [...] evitar una devastadora suspensión de pagos" por falta de acuerdo en torno al techo de la deuda, agregó la residencia presidencial.
En la reunión, calificada no obstante de "útil" por la Casa Blanca, los republicanos se mantuvieron firmes en su demanda de convocar una negociación bicameral y los demócratas respondieron que sólo lo harán cuando los republicanos permitan la reapertura de la Administración, y que no tolerarán ninguna amenaza a la reforma sanitaria.
"Todo esto está centrado en [la reforma sanitaria] Obamacare. Pero no vamos a movernos respecto a Obamacare", advirtió en tono severo el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid a pesar de que el ala más conservadora de los republicanos, fundamentalmente el movimiento Tea Party, sigue condicionando la financiación del Gobierno a retrasos en la aplicación de la reforma sanitaria, algo que rechazan los demócratas y la Casa Blanca pues es el proyecto estrella de la pasada reelección de Obama.