La tarde comenzó con la interpretación de los Rulix de canciones populares, jotas y bailes típicos, para que todos los asistentes pudieran disfrutar de la música, de la merienda (chocolate con churros) y del baile.
Así, dentro de este ambiente tan festivo, nuestros mayores pasaron una velada en la que el pabellón se cubrió de rostros familiares, y de nuestros bailarines más preciados.