Así en una alocución donde ha tratado de lanzar un mensaje de ánimo y optimismo a la sociedad española, ante unas dificultades que muchas veces se compensan con solidaridad. La misma solidaridad que pide para mantener el proyecto de nación que es España, construido por millones y millones de ciudadanos a lo largo de los siglos y que hoy, todos juntos, en un proyecto compartido, tenemos la responsabilidad de continuar, en una gran tarea siempre inacabada.
Contando con "muchas razones para sobreponernos a la adversidad", Felipe apeló en su discurso a una nación "que nunca ha claudicado frente a la adversidad ni ha renunciado a ningún sueño" y ha evocado la obra de los premiados, así como la "dignidad" de los vecinos de Angrois porque "nos hacen ver que hacer las cosas bien es el camino para hacer un mundo y una España mejor".
Estos sentimientos de "respeto, estima y afecto que nos han dado forma", enfatizaba, "debemos preservar y alimentar siempre, y en todo momento, por encima de las tensiones, de las discrepancias y los desencuentros".