Tras las diversas investigaciones que demostraron la conducta de la Filarmónica de Viena durante el nazismo, momento en el que cuatro años después de que Hitler anexionara Austria a Alemania (1942), la mitad de los músicos de la Filarmónica eran del partido Nazi y otro 13 que tenían raíces o relaciones judías o hebreas fueron expulsado de la institución, la prestigiosa Filarmónica de Viena decidió, en octubre, en una reunión, que debía mostrarse de una forma más transparente en todo lo relativo a ese período; con ello, se decidió revocar los honores que en aquellos años se concedieron a importantes nazis del régimen de Hitler.
Los honores se retiran a seis nazis: el gobernador de Viena entre 1940 y 1945, que colaboró con el control de los judíos y lo entendía como una noble causa y que fue condenado a 20 años de prisión por crímenes contra la humanidad en los Juicios de Núremberg, Baldur von Schirach; un ministro del Gobierno de Hitler que fue condenado a muerte; el gobernador de Salzburgo y Carintha, Friedrich Raine; Albert Reitter, líder de las SS; Hanns Blaschke, alcalde de Viena y Rudolf Toepfer, jefe de los ferrocarriles alemanes.
A pesar de las diversas polémicas que estos temas han suscitado, la Filarmónica de Viena continua teniendo prestigio y cada Año Nuevo da la Gala Anual de Valses de Straus que se retransmite a todo el mundo llegando a millones de personas.