El fallecido en cuestión se llamaba Raymond Galloway, de tan solo 16 años. El adolescente murió como consecuencia de un tiro en la cabeza mientras dormía en el cuarto de su primo en Chicago.
Según los fiscales, al lado del cuerpo sin vida del joven se encontró un casquillo de 9 milímetros, así como una pistola semiautomática del mismo calibre en el domicilio.
El adolescente, de 13 años de edad, habría reconocido en presencia de su madre haber matado a su primo, aunque se desconoce dónde pudo conseguir la pistola.
El joven ha sido imputado por asesinato premeditado a manos de los fiscales del Condado de Cook.
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