Lo que no tuvo la primera mitad, abundó en la segunda. Ambos equipos parecían aún contagiados por sus malas experiencias del pasado fin de semana. Al menos no demostraron ambición y ganas por desquitarse de una pésima imagen en el Camp Nou y en casa ante el Levante. Sin embargo, tras el paso por los vestuarios el partido se animó.
La lógica parecía imponerse, pero en un derbi hasta el rabo todo es toro. El Sevilla estuvo mal, lejos de ser el equipo que remonta hacia Europa a pesar de caer ante los de Joaquín Caparrós sin merecerlo aunque de manera infantil.
Por momentos tenía la victoria en su mano, pero solo reaccionó a cada golpe de los locales y no mandó, se dejó meter mano por un Málaga que parecía tocado y sin recursos para hacer gol y que en el minuto 83 logró el gol de la victoria.