Los científicos estaban entonces desconcertados. ¿Qué era lo que mataba por centenares de miles a estas aves carroñeras? ¿Un virus tal vez? Un artículo publicado en Nature en 2004 desveló la incógnita de la debacle de los buitres asiáticos: el diclofenaco, un antiinflamatorio y analgésico usado en tratamientos veterinarios del ganado, estaba detrás de aquella mortandad pues los buitres que se comían los cadáveres de ganado tratado con diclofenaco padecían fallos renales que acababan con su muerte casi inmediata.
Científicos españoles publican ahora en la revista Conservation Biology una carta en la que alertan de que la reciente aprobación por parte del Gobierno español del diclofenaco como fármaco veterinario supone una grave amenaza para los buitres españoles.
La carta recuerda que varios países asiáticos acabaron prohibiendo su uso en 2006, y que ese hecho parece explicar el parón actual en el declive de buitres en el subcontinente.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) autorizó en marzo pasado la comercialización de dos productos que contienen diclofenaco (Diclovet y Dolofenac) para su uso en el ganado, señala también la carta, firmada por investigadores de la Universidad de Lleida, la Universidad Miguel Hernández y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Las especies de destino de estos fármacos son bovino, porcino y equino, según recoge el Boletín Trimestral del Departamento de Medicamentos Veterinarios de la AEMPS, agencia dependiente del Ministerio de Sanidad.
Antoni Margalida, investigador Ramón y Cajal de la Universitat de Lleida y uno de los firmantes de la carta, recuerda que España alberga más del 90% de la población europea de aves carroñeras (buitre leonado, buitre negro, alimoche y quebrantahuesos) y que estas especies han ofrecido durante siglos un servicio esencial a los ecosistemas, al eliminar los cadáveres que podrían constituir focos de infección y enfermedades.
"España es muy diferente de la India, pero aquí también puede haber problemas, sobre todo con la ganadería extensiva. Si se usa este fármaco con una vaca o una yegua y esta muere o se despeña su cadáver queda accesible a los buitres", explica.
Existen, además, productos sustitutivos del diclofenaco "que no afectan a las aves" y que tanto las autoridades como los ganaderos deben ser conscientes del peligro que supone usar estos dos fármacos recientemente aprobados. No se explica, añade Margalida, por qué se aprueba su uso ahora en España después de haber sido prohibido hace años en otros países.