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Las sandalias Birkenstock o cómo una prenda extraña se vuelve un must

Las sandalias Birkenstock o cómo una prenda extraña se vuelve un must

jueves 16 de octubre de 2014, 13:07h

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Las sandalias Birkenstock, famosas por su combinación con calcetines blancos entre guiris de más de 60 años, toman el mundo de la moda de la mano –o, en este caso, en los pies– de fashionistas como Ashley Olsen y marcazas como Céline. ¿Luchamos o nos rendimos?

A la izquierda y abajo, reinterpretación de las Birkenstock de Céline. Arriba a la derecha, Ashley Olsen llevando el modelo Gizeh de la marca alemana.
A la izquierda y abajo, reinterpretación de las Birkenstock de Céline. Arriba a la derecha, Ashley Olsen llevando el modelo Gizeh de la marca alemana.

Es un hecho: desde que Céline reinventó esta ‘joya’ de la moda añadiéndole pelitos –que no sé qué es peor…–, las it girls decidieron apostar por ellas. A partir de ese momento, hemos ido viendo un desfile de pies famosos vestidos con este calzado, y ahora ya han plagado las tiendas low cost. Por eso, ha llegado el momento de posicionarse: ¿qué es mejor en este caso, luchar o rendirnos ante las sandalias alemanas?

Yo, sinceramente, cuando las vi en los pies de las modelos en el desfile de primavera-verano 2013 de Céline, me quedé sin habla. En un primer momento, me parecieron unas cómodas y peludas zapatillas de estar por casa, lo cual trastocó mi concepción de la gran firma Céline al proponernos una combinación marujil de estupendo vestido con zapatillas de estar por casa. Y entonces, incrédula, seguí fijándome y lo vi claro: no, no era comodidad casera lo que vestía los pies de las modelos, pero tampoco era mejor. Eran esas sandalias. Esas que todas conocemos como el paradigma del antiestilo, esas que hemos visto con horror combinadas con calcetines blancos. Eso sí, una nueva versión minimalista, reinventada y peluda. Pero vamos, que la esencia la tenía clara.

En ese momento, ojiplática yo, pensé que no trascendería. No nos engañemos, otros lo han intentado antes. Por ejemplo, Marni lleva intentando colarnos estas horribles sandalias varias temporadas, y no hablemos de los intentos de que vuelva la riñonera en grandes firmas como Lacoste. Pero sí, ha trascendido: Ashley Olsen en el panorama internacional, y más evidente aún es el caso de Amancio Ortega, que no las lleva puestas sino que las vende en Zara –y si Zara las tiene, chicas, es que esto ha calado–.

Si bien hay modelos de la propia firma alemana que quizá no están tan mal, como las Gizeh, y versiones que las mejoran… Yo, personalmente, sigo sin verlas bonitas. Y recalco esto: no son bonitas, no digo que no vaya a llevarlas, porque después de haberme calzado unos Crocs, que son el paradigma de la fealdad así como de la comodidad, ya nunca más digo “de esta agua no beberé y esos zapatos no me pondré”. ¿Qué decís vosotras? ¿Lucharéis u optaréis por sacar bandera blanca y estar cómodas este verano?

Arriba, modelo Gizeh en azul claro metalizado de Birkenstock. El resto, versiones de Zara inspirada en la marca alemana.
Arriba, modelo Gizeh en azul claro metalizado de Birkenstock. El resto, versiones de Zara inspirada en la marca alemana.
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