Desde el trágico atentado, los habitantes de Nueva York han tratado no solo de superar el duro golpe, sino también de plantearse qué hacer con las ruinas del complejo, que suma una extensión de seis hectáreas y media. El brutal atentado dejó más de 3.000 muertos y no todos los restos mortales han podido localizarse e identificarse. Por respeto a las víctimas, muchas voces opinaron que sería mejor olvidar la 'Zona Cero', nombre con el que empezó a conocerse el recinto tras el 11-S.
Un comisario de la Autoridad Portuaria de Nueva York, Scott H. Rechler, ha comentado conThe Washington Post la etapa posterior al atentado. Rechler ha explicado que primero hubo "un período de luto y patriotismo". Más adelante, se convirtió en un momento "en el que plantearse qué hacer con todo eso". Rechler ha asegurado que el último punto de la superación del atentado fue "cómo vamos a hacerlo".
El edificio es el más alto del hemisferio occidental, con 541 metros de altura y también presume de ser el más caro, ya que su coste asciende a cerca de 3.100 millones de euros.