Además, en su informe 'Empujados más allá del límite', MSF hace un análisis crítico sobre las deficiencias de la respuesta global a esta crisis y también de las propias actuaciones de la ONG para contenerla.
El informe se basa en entrevistas con decenas de trabajadores de MSF involucrados en la intervención contra el ébola y describe las alertas tempranas que la ONG realizó hace un año advirtiendo de la expansión de los casos en Guinea, la negación inicial de los gobiernos de los países afectados y las medidas sin precedentes que la organización se vio forzada a tomar frente a la inacción global, mientras el brote cercaba a los países vecinos.
En estos 12 últimos meses, más de 1.300 trabajadores internacionales y 4.000 trabajadores locales de MSF han sido desplegados en África occidental, donde han atendido a casi 5.000 pacientes confirmados de Ébola.
"Hoy compartimos nuestras reflexiones iniciales y asumimos una mirada crítica tanto hacia la respuesta de MSF como hacia la respuesta global al brote de ébola más mortal de la historia", afirma Joanne Liu, presidenta internacional de MSF, quien añadió que esta epidemia "demostró ser un evento excepcional que expuso la realidad de cuán lentos e ineficientes son los sistemas de salud y ayuda para responder a emergencias".