Hay ladrones de guante blanco, pero también hay de los que se merecen un hueco en el libro Guinness por su torpeza a la hora de perpetrar su delito.
Un ladrón captado por una cámara de vigilancia intentaba ejecutar un robo en un callejón de Malasia. Para escapar más fácilmente, el cuatrero decidió llegar al lugar subido en una moto.
Todo iba según el guión previsto. Consigue una víctima y se hace con el bolso de esta, después de amenazarla con un cuchillo. Sin embargo, sin saber ni el cómo ni el porqué, el joven acaba escapando corriendo del callejón y deja la moto arrancada y aparcada en la mitad de la calle.
En ese momento la mujer atacada aprovecha para hacer cierto el refrán de "ojo por ojo y diente por diente" y se marcha robándole la moto.
La escena finaliza como si de una comedia se tratase, con el ladrón corriendo detrás de la mujer que escapa montada en su moto.
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