Entre el 1 de junio y el 15 de septiembre del año pasado no fue necesario activar ningún día el nivel de alerta rojo, o de alto riesgo. Tampoco se activó el nivel de riesgo medio o naranja, aunque sí se registraron un total de 69 niveles de riesgo bajo o amarillo, siendo el 16 y el 18 de julio los días en que mayor número de niveles se produjeron. La provincia que más niveles de alerta registró fue Ciudad Real.
El objetivo de este plan contra las olas de calor es "prevenir y reducir los efectos negativos del calor, especialmente en los grupos más vulnerables: ancianos, niños y enfermos crónicos, así como en las personas que trabajan o realizan esfuerzos al aire libre".
El Ministerio indica que ante la llegada de altas temperaturas hay que beber agua o líquidos con frecuencia, no abusar de bebidas con cafeína, alcohol o grandes cantidades de azúcar, ya que pueden hacer perder más líquido corporal, prestar especial atención a los bebés y personas mayores para prevenir la deshidratación, permanecer en lugares frescos, no practicar deportes al aire libre entre las 12 del mediodía y las cinco de la tarde, usar ropa ligera, no dejar a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado, consultar al médico ante síntomas que puedan estar relacionados con las altas temperaturas, mantener las medicinas en lugar fresco y hacer comidas ligeras.
Por primera vez se incorpora la posibilidad de que este plan permanezca activo, en función de la evolución de las temperaturas, hasta un mes más.