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El mediador

¿Debemos combatir el Estado Islámico? Explicación del conflicto…
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¿Debemos combatir el Estado Islámico? Explicación del conflicto…

Por Carlos González
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bergidahotmailes/7/7/15
domingo 07 de junio de 2015, 19:35h

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Ya hemos analizado las partes, nosotros con La Razón y La Ciencia, y ellos con sus Dogmas Ancestrales Proféticos. Hemos conocido los antecedentes históricos y su desarrollo. Ahora debemos ver, con los conocimientos científicos de los que disponemos sobre la Psico-biología humana, que es lo que realmente está pasando en este conflicto.

Diversos pensadores denuncian el profundo desconocimiento del verdadero Islam por parte de estos Yihadistas. Se les olvida que tampoco sabían nada de la religión Cristiana la gran mayoría de los cruzados. Ni de grandes conocimientos raciales los defensores del Nacismo, y quizá menos aún gozaban de grandes lecturas de Marx, Lenin o Bakunin, los defensores del Comunismo. Porque una cosa está clara, a estos luchadores –como a todos los otros- no les mueven criterios religiosos, ideológicos, o de defensa de razonamientos profundos, lo que le mueve es, según el conocimiento de nuestra Biología y de nuestra Psicología, por este orden es lo siguiente:
Primero.- El deseo de ser alguien en la vida, la energía que mueve a un joven macho a intentar demostrar que es adulto y tiene derecho a cubrir a las hembras. Decía Bergson, “El Elam vital”. El deseo inherente a todo animal de grupo de querer ascender en la jerarquía social. Quieren ser un verdadero macho Alfa. Para ello usan la excusa que pueda estar de moda; el integrismo religioso, la defensa de la libertad del hombre, la defensa de los pueblos, la defensa racial, el nacionalismo… serían interminables las excusas. Pero solo son una pancarta, aquella que puede ser útil en ese momento. Lo que de verdad desean es como el viejo gorila de espaldas plateadas… Golpearse los pechos y gritar en señal de dominio territorial… Un… Aquí estoy yo. Que grande y fuerte soy…
Decía nuestro gran escritor…Y la experiencia me enseña,/ que el hombre que vive, sueña/ lo que es/ hasta despertar.

Segundo.- El inherente ánimo de aventura que lleva cada joven de ambos sexos en su cabeza, sobre todo a ciertas edades, compruébese la edad de esta gente –como la de todas las épocas históricas-. En el fondo lo que les prometen es aventuras, pasión ideológica, ser diferente al rebaño y vivir grandes viajes, batallas y triunfos –quién no quiso vivir esto hasta los cuarenta años-. Y si además te dan pasta y te pagan los viajes, guay sobre guay. En nuestra literatura disponemos de esos maravillosos versos… Y si caigo/¿qué es la vida?/por perdida/ ya la di / cuando el yugo/ del esclavo/como un bravo sacudí.

Tercero.- Ya ha sido resaltado por otros muchos autores, el tercer gran motivo es el deseo de salir de una situación de exclusión social. De pobreza y miseria. De rechazo a otras sociedades más desarrolladas que les desprecian y en las que ellos, por diversas causas, no han podido o no han querido integrarse –piénsese a ciertas edades si tus padres te lo permiten, es más bonito vivir en la calle, no asistir a la escuela, “ser libre”, luego llega cierta edad en que has perdido el primer tren-. Esto les ha generado rechazo y cierto ánimo de… Venganza.

Y seguía el autor. Sueña el pobre que padece,/ su miseria y su pobreza;/ sueña el que a medrar empieza,/ sueña el que afana y pretende,/ sueña el que agravia y ofende…
Sobre esto podemos leer a Stefan Zweig, en, El mundo de ayer, cuando relata el ánimo con que los soldados austríacos acudían a la primera guerra mundial creyendo que iban a una fiesta. O también podemos visualizar la escena de la película, Cold Mountain, en la que en el pueblo los jóvenes varones se ponen a dar saltos de alegría porque “ya tenían su guerra” y esta consistía en matar a otros americanos que sólo tenían la desgracia de haber nacido en el sur. ¡Qué barbaridad!. Donde estaban en ambos casos –como en otros muchos- las grandes motivaciones por la causa.

A veces no entiendo como ciertos autores pueden estar tan ciegos, y defender que a unos o a otros les mueven esas grandes causas Espirituales o Mesiánicas. No, y cien veces no, lo que les mueve es algo super-simple. El deseo de salir de sus casas, de intentar ser “Hombre”, de vivir con pasión y aventura la vida y… Reírse de sí mismos -los que sobrevivan- y a los cincuenta años decirse: “Que loco estaba yo a los veintidós, mira si estaba loco y tenía ganas de sexo que solo quería tener mujeres a mi disposición y llegué a creerme que si moría en combate Alá me daría ciertas decenas de vírgenes para mí solo… Mira si estaba zumbado”.

Lo remataba así Calderón. En el mundo, en conclusión,/ todos sueñan lo que son,/ aunque ninguno lo entiende.

Pero ciertamente menos zumbados que las autoridades religiosas del medievo, iniciadores de la cruzada infantil, la cuarta cruzada (1.212) que enviaron a miles de niños a las garras del esclavitud y la muerte creyendo que su dios, por ser niños, y puros, los haría victoriosos frente al Islam.

Y menos zumbados aún que los locos que en mil novecientos y pico lucharon y murieron creyendo que los nuevos gobernantes Comunistas impuestos por ellos serían…Angeles de la guarda, y a través del “Partido Comunista” no se aprovecharían Del …Pueblo.

Dice el Eclesiástico, “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”
Que grande nuestro Calderón, lo remataba de esta forma maravillosa. Que es la vida? Un frenesí/ Qué es la vida? una ilusión,/ Una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño:/ Que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son.


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