Las vacaciones blancas les han costado la vida a seis adultos y 22 escolares de dos colegios belgas tras pasar la tradicional semana en la nieve de los Alpes. Además, han resultado heridas 24 personas más y tres niños se encuentran en coma.
Las razones del accidente aún se desconocen, pero según ha señalado la Fiscalía del cantón el autobús en el que viajaban los niños la noche del martes hizo una maniobra en falso y resultó empotrado contra la pared de una zona de seguridad en un túnel de la parte sur de Suiza que limita con Francia e Italia. Además, según datos facilitados por la Fiscalía no hay indicios de que el vehículo circulara incumpliendo las normas de velocidad pero sí señalan la inexperiencia del conductor al volante, por lo que el Ministerio Público baraja tres hipótesis: error humano, problemas de salud del chófer o fallo técnico del autobús.
El vehículo, que formaba parte de un grupo de tres autobuses que viajaban juntos, apenas acababa de entrar en la autopista cuando se estrelló contra la parte lateral del túnel y el conductor perdió el control. "Estaba oscuro, escuché un golpe fuerte. Todos los asientos salieron disparados, me quedé atrapada entre dos asientos", contaba una de las niñas supervivientes al accidente.
Los cadáveres han sido trasladados a la localidad de Sion, a una hora y media de Ginebra. Según fuentes oficiales, se trata del peor accidente en la zona, que ya en 2005 vio morir a 12 personas a causa de otro accidente de autobús.