Entre otras iniciativas para recaudar fondos para estos pequeños, la ONG ha propuesto a los 11 niños que actualmente se recuperan en el centro que expresasen sus sentimientos y experiencias a través de la pintura.
Los cuadros se exponen estos días en el Centro de Madrid y formarán parte de una exposición itinerante que se subastará el próximo mes para ayudar a los niños refugiados. La pintura es, precisamente, una de las terapias que se aplican en el centro Bader con los niños con una discapacidad provocada por la guerra.
Durante la presentación de la iniciativa, Andrés Torres, presidente de Global Humanitaria, recalcó que, más allá de las cifras, las historias de los pequeños reflejan una realidad concreta.
Según dijo, se trata de niños "con nombres y apellidos, que no tienen nada que ver con la política, que están jugando en un patio, en una familia normal cuando aparecen los terroristas lanzan una bomba, se quedan sin brazos, sin habla e, incluso, sin padres". Por eso, pidió a la sociedad "actuar por encima del miedo y de la propaganda política" para ayudar a estos niños que suponen el futuro del mundo.