La tasa de actividad de los ciudadanos extranjeros en el país es casi ocho puntos superior a la media de la UE (74,8%) y muy por encima de los principales países de la región como Francia (67,1%), Alemania (72,4%) e Italia (74,3%).
Asimismo, España presenta uno de los mayores diferenciales entre la tasa de actividad de los inmigrantes y la de los trabajadores nacionales (78,8%), con una distancia de 3,5 puntos, sólo por detrás de Grecia (7,2 puntos), Italia (6,4 puntos), Eslovenia (6 puntos) y Eslovaquia (5,1 puntos).
En el caso de España, la tasa de actividad entre los inmigrantes comunitarios y la de aquellos procedentes de países de fuera de la UE es muy similar, con un 82,7% y un 82%, respectivamente.