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Mediación sobre Cataluña (IV)
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Mediación sobre Cataluña (IV)

Por Carlos González
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bergidahotmailes/7/7/15
jueves 26 de octubre de 2017, 15:34h

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Los argumentos que debemos utilizar para provocar la reflexión en los ciudadanos medios serán del tipo siguiente...

Si nos dirigimos a personas del Estado español de fuera de Cataluña, y queremos convencerle para seguir unidos, debemos intentar saber que efecto les produce cuando les digamos que la industria catalana es muy importante, y que muchos de los puestos de trabajo –no de allí, sino de los de aquí- se sustentan en base a esa tecnología radicada en Cataluña. No es lo mismo que el estado Español tenga un tamaño o el otro, o una unión industrial y comercial u otra. Tampoco es lo mismo cuando negociamos acuerdos comerciales con otras estructuras de poder, que lo hagamos con un número de consumidores u otro, o que tengamos un P.I.B. u otro. Huelga decir que los deportistas catalanes son muy importantes y sobresalientes en casi todas las disciplinas. Si no contásemos con ellos, los niveles deportivos de España, por lo menos en un par de décadas, caerían a niveles muy inferiores. No tenemos más que ver que le ha sucedido a la extinta Yugoeslavia, donde estaba aquella, y donde están las nuevas repúblicas.

En fin, les haremos comprender que no es lo mismo un estado que el otro. Y que debemos luchar, siempre de forma pacífica y democrática, para que los catalanes que quieren independizarse se sientan a gusto con nosotros y sigamos todos unidos.

Cuando nos dirijamos a los catalanes que desean la independencia, debemos tener el máximo cuidado. La delicadeza ha de ser exquisita. Al hacerlo demostraremos si somos buenos o malos mediadores. Porque debemos intentar ponernos en su piel, y enfocar las cosas como ellos lo hacen. Veamos, hemos de partir de la base de que sus aspiraciones son legítimas. SÍ, sí, legítimas. Es legítimo que todo joven quiera independizarse y no depender de los padres, que toda empresa quiera desgajarse de la matriz e intentar las decisiones empresariales por su cuenta. No debemos ver a los que piden la independencia de Cataluña como extraños, nosotros también queremos ser independientes, no queremos ser Franceses, o Ingleses, etc.

Lo que podemos razonar con ellos es que igual que un joven quiere independizarse, o una nueva empresa avanzar por su cuenta, es muy importante cómo lo haga. Hemos de hacer hincapié en las consecuencias que le acarreará. De qué va a vivir. En qué casa, como va a organizar su economía, su seguridad, sus relaciones comerciales, etc.

Quizá lo más importante es que le hagamos reflexionar acerca de cuál va a ser el papel de la Nueva España por un lado, y la Nueva Cataluña como estado independiente por el otro. Si van a poder enfrentarse a los retos exteriores por separado. Muy importante, ¿Qué va a ganar Cataluña por su cuenta, que no tenga ahora? Y sobre todo, le debemos trasmitir que hay un viejo dicho que dice “Unidos ganamos todos”, o, “la unión hace la fuerza”. Pero luego veremos qué efecto producen en ellos estas reflexiones y que respuestas nos dan.

Si nuestro interlocutor es más receptivo, podemos descender al nivel siguiente, y le preguntaremos: ¿Pero en realidad, todo este movimiento político, a Vd. como ciudadano medio, en qué le afecta? ¿No va Vd. a seguir viviendo igual se llame España o Cataluña? ¿Cuándo un cliente entre en su tienda, o llame a su empresa, Vd. No va a venderle en el idioma que él maneje? ¿Su vida diaria no seguirá siendo la misma, familiar, profesional, deportiva, económica, etc.? Es decir, ¿Hace falta tanto gasto para llegar a ese resultado posterior en que, en realidad, todo seguirá igual para Vd.?

Y ahora viene lo bueno, hemos de intentar -sin que lo tome como una amenaza, que no lo es, sino como una más profunda reflexión- ¿y en caso de que todo salga mal –me refiero al proceso independentista, se consiga o no- quién va a pagar las consecuencias de todo eso? ¿No vemos claramente que al final quién pagará todo el pato no será más que el ciudadano medio que verá perdido su poder adquisitivo, sus bienes en caso de conflicto manifiesto, en caso de confrontación frontal –que nadie quiere- no perderá su vida, o la de sus hijos, padres, familiares, etc.?

Esta reflexión le hará ver al catalán independentista que el único que saldrá ganando es el político catalán y él, a lo sumo que puede aspirar es… a no perder.

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