La Comisión Constitucional del Congreso ha dado luz verde a una proposición no de ley impulsada por el Grupo Socialista, que busca combatir la proliferación de discursos de odio. La medida fue aprobada con el voto en contra de los grupos parlamentarios PP y Vox, y tiene como objetivo fundamental la defensa de la convivencia democrática, la tolerancia y el respeto mutuo.
Entre las propuestas del Grupo Socialista se encuentra la condena a cualquier declaración política realizada por representantes públicos que incite al odio por motivos de raza, religión u origen nacional o étnico. Además, se recuerda a estos representantes su responsabilidad en la lucha contra la intolerancia, instándolos a evitar declaraciones que promuevan el odio y a denunciar públicamente los casos que se presenten.
Compromiso con la convivencia pacífica
La iniciativa reafirma el compromiso con la promoción de una convivencia pacífica y el respeto a la diversidad, así como la defensa de los derechos fundamentales, especialmente el de libertad religiosa. Artemi Rallo, portavoz socialista en esta comisión, enfatizó que son “verdades evidentes” reconocidas en la Constitución, pero que lamentablemente deben ser reafirmadas en tiempos actuales.
“El racismo, la xenofobia y la islamofobia son parte del discurso de odio que recorre Europa con la ultraderecha”, advirtió Rallo. Este tipo de retórica pone en peligro nuestra democracia y actúa como un precursor de delitos motivados por odio.
Rallo también criticó al partido Vox, señalando que “el racismo, la xenofobia y la islamofobia son habituales en su discurso”. Cuestionó además las políticas migratorias propuestas por Alberto Núñez Feijóo: “¿Cuánto hay de racismo e islamofobia en el carnet de emigración por puntos?”, planteó.
Rechazo al discurso de odio
El portavoz socialista subrayó que “el discurso de odio atenta contra nuestros valores esenciales y pone en riesgo nuestra democracia”. Denunció lo que calificó como un “tsunami de odio” promovido por la extrema derecha en Europa. Rallo afirmó que este tipo de discursos es precursor del delito de odio y puede provocar un aumento en los delitos motivados por raza, sexo, religión u orientación sexual.
Para contrarrestar esta situación, Rallo hizo un llamado a avanzar hacia el respeto y la tolerancia, promoviendo valores democráticos sólidos y defendiendo los derechos humanos. Enfatizó también la necesidad de reforzar los consensos sociales básicos y rechazar cualquier forma de discurso discriminatorio.