El arte, según el diccionario:
# Cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. Escuchamos muchas veces y, cada una distinta, definiciones de arte; pero lo que realmente define el arte sin palabras y con sentimientos enredados, es el toreo. Hay gente que defiende la vida del toro, ya que entiende que es una crueldad, pero eso es un debate que aunque hoy no lo tocaré, seguro es motivo para volver a escribir. Volviendo al argot taurino, el arte varía según los gustos, ya que hay gente a la que le gustan las revoleras, a otros la puerta gayola, las verónicas… pero lo que sin duda no debe faltar es el sentimiento, ya que torero debe nacer, pues cualquiera puede tener la ocasión de torear ya sea en un tentadero, novillada a puerta cerrada, etc…, pero el toreo sin sentimiento se olvida, ya que no transmite aquello que cualquier aficionado siente, aquello que le hace volver a una plaza o a ponerse delante de la televisión esperando ver una tarde llena de faenas. Como definición de arte, la mejor explicación es la que dio el torero Jose Antonio, conocido como Morante de la Puebla, en una entrevista hace ya algún tiempo: “El arte es aquello que cada vez es más grandioso, más natural…, como la naturaleza”
Así lo definió, y la verdad que en nada le puedo quitar la razón, porque en el toreo, el arte cuando más natural, más sencillo, mas arte tiene, pues es más complejo y aunque esto último parezca contradictorio, así es, pues no es fácil mantener la compostura al lado de un toro y ser natural, dar pases de pechos templaos (como dicen en el argot taurino). Para mí, personalmente, el “dueño” del arte en cuanto al toreo se refiere es Morante de la Puebla, y me explico; cada vez que él pisa una plaza, da lo mejor de él siendo desde la Maestranza de Madrid, hasta La Glorieta de Salamanca, en la cual tiene una corrida pero se cree que no podrá asistir. Morante de la Puebla es un torero que para muchos novilleros es ejemplo a seguir, ya que el misticismo que tiene su toreo, esa comunicación inexistente entre él y el toro, pero que parece haberla, esa mirada de Morante fijamente a los ojos del toro queriendo saber lo que el cuatreño siente son únicas. Son tantas cosas las que se siente al ver a una figura como él que lo mejor es verlo. Y por último quiero apuntar un último detalle, dejar una imagen de este gran torero y gran maestro, no es otro gesto que el que nos dejó en la plaza de Las Ventas (Madrid); se emocionó al recibir una oreja en dicha plaza una tarde que tras una espectacular faena con el capote, y menos emocionante con la muleta, no mató como nos tiene acostumbrados. Y con esto no me quiero alagar, tan sólo quiero mostrar la entrega que tiene cada vez que pisa una plaza, la humildad de un gran torero.