Menos de 24 horas después de que Mariano Rajoy pidiera a los suyos “generosidad y altura de miras” para aceptar el polémico déficit a la carta —que algunas autonomías, precisamente las que no cumplieron los objetivos de déficit en 2012, sean las que más margen tengan — han bastado para que algunos de sus barones se hayan desmarcado públicamente de este mensaje que hace distintos a los españoles según el territorio en el que vivan y casi casi según su grado de independentismo.
Hasta cinco comunidades autónomas, con diferentes formas y grados de dureza, han rechazado abiertamente o criticado el plan del Gobierno. Son: Madrid, Extremadura, Galicia, Aragón y La Rioja y hay al menos otras dos del PP que no hablaron ayer y rechazan estos planes: Castilla y León y Cantabria.
Otras del PP, obviamente menos cumplidoras, sí lo aceptan porque esperan que les beneficie: Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares.
Los argumentos son económicos y políticos. Sobre todo en Extremadura y Madrid, que centran la batalla en el punto que más remueve las aguas del PP: el supuesto trato de favor a Cataluña a cambio de frenar el independentismo.
Y es que muchos dirigentes consideran que Rajoy está aceptando el déficit a la carta, que siempre rechazó, por motivos estrictamente políticos: para suavizar la presión independentista.
Ignacio González, presidente de Madrid, sostuvo este martes que Artur Mas, su homólogo catalán, está intentando recibir dinero a cambio de suavizar sus planes independentistas. “Creo que cambiar dinero por independencia es inadmisible”, señaló en la Cadena COPE, donde rechazó que haya déficit diferenciados.
Más tajante fueron desde Extremadura. En un comunicado oficial de la Junta, se dio una respuesta directa al presidente del Gobierno, utilizando incluso sus propias palabras y con advertencias muy claras: “El Gobierno de Extremadura advierte al Gobierno de España de que no permitirá que se beneficie a Cataluña a costa de las comunidades autónomas cumplidoras de los objetivos de déficit”.
El texto sigue aún más duro, utilizando las palabras de Rajoy y planteando el fondo político: “Extremadura actuará, como siempre, con generosidad, sensatez, sentido común y altura de miras, pero siempre dentro de la Constitución. Ahora Hacienda quiere flexibilizar a quien dice no a la Constitución y también no a Hacienda. El Gobierno actuará dentro de lo que dicta el ser extremeño”. Y aún remata el comunicado, con un consejo crítico con la política económica del Ejecutivo de Rajoy. “El Gobierno de Extremadura aconseja al Gobierno de España que por encima de la flexibilización del déficit priorice las políticas de crecimiento”.
Y es que a pesar de que delante de las cámaras todos pretendan ser uno con su Presidente, la crisis está dejando entrever que no están unidos como cuando posan para las cámaras.