Jose Ignacio Wert en los Desayunos de ayer consiguió levantar una gran polémica al afirmar que hay que preguntarse si “ese estudiante que no puede conseguir un 6,5 está bien encaminado o debería estar estudiando otra cosa”.
Bien, la polémica pasó a la red del microblogging donde durante todo el día de ayer muchos retuitearon las notas que Mariano Rajoy y Jose María Aznar sacaron en sus respectivas selectividades, en las que ninguno de los dos superaba la nota media exigida por Wert para ser becarios, algo que tampoco es que les debiera de importar, puesto que seguro que no tuvieron problemas para estudiar la carrera que les dio la gana puesto que sus padres se las pagaron.
Además de esto, añadió que: “No es que les paguemos los estudios, es que les pagamos por estudiar”, no para estudiar sino por estudiar, que es muy distinto, uno muestra el fin y el otro el motivo del pago. Estos dos comentarios juntos me han llevado a dos reflexiones.
Primera. Mi estancia en la Universidad, además de formarme como ingeniero agrónomo, me hizo desarrollar el gusto por otras áreas como la política, discutir con gente diversa y conocer diferentes puntos de vista y en parte por ello me desarrollé como la persona que soy hoy en día. Estudié en la Universidad Privada, mi familia se lo podía permitir. Hoy, con la subida de tasas y la crisis económica, no tengo claro si podría haber estudiado allí, ni siquiera si podría haber estudiado en la pública o si me lo hubiera planteado siquiera.
El caso es que da igual la nota media que tengas para entrar en la universidad o la que tengas a la salida pues una vez fuera, no van a querer de ti más que tengas una experiencia que no te van a dejar adquirir porque las empresas no apuestan por los jóvenes, apuestan por los experimentados para no tener que formarlos. Así que una vez que sales de la Universidad te encuentras con que tu curriculum sólo sirve para envolver los bocatas de las empresas, para papel de sucio o para hacer hogueras, porque nadie quiere alumnos, todos quieren profesionales y la universidad no está precisamente orientada a que salgas sabiendo hacer lo que tienes que hacer como profesional.
Una vez que consigues un trabajo, por muy precario que éste sea, empiezas a cotizar, empiezas a devolver al estado todo el dinero que ha invertido en tu formación, esos 8.000 euros por año de carrera, por lo que hoy en día más tarde que temprano devolverás esa inversión al estado, con tu IRPF, con el I.V.A. con el consumo de la gasolina que tengas que emplear en trasladarte a tu trabajo…
Con este dinero que estamos devolviendo al estado, nuestros abuelos tendrían que tener más fácil ir a un Centro de Salud y nuestros futuros hijos, si es que alguna vez nos decidimos a tenerlos, a una escuela infantil pública y de calidad. O, al menos, así debería ser.
Si hoy no pudiera pagarme la Universidad a causa de las subidas de tasas, o simplemente porque mi familia tiene una situación económica precaria y necesitase una beca, ¿No tendría derecho a ella por haber sacado menos de un 6,5?, ¿Acaso no devolveré todo lo que el Estado ha pagado de mi formación con mis impuestos y generaré riqueza? No lo comprendo, pero lo que tengo claro es que si hubiera tenido que compatibilizar mis estudios con un trabajo, cosa que creo que a lo mejor hoy tendría que hacer para poder estudiar, mi nota no habría sido mejor.
Segunda. ¿Quién paga por estudiar? La ciudadanía paga unos impuestos, los cuales alimentan las arcas públicas con las que se gestionan las distintas administraciones públicas. Estas administraciones orientan su trabajo en función de las líneas que define la Constitución Española, y ésta en su artículo 27 establece que la educación es un derecho que todos tenemos.
El pueblo pagamos a quien gobierna y no al revés. Dentro de sus muchas tareas, además de las que se han creado ellos mismos, está el asegurar que todo el mundo tenga acceso a la educación.
Creerse dueño de los servicios públicos y decidir quién debe estudiar algo o no, es una cosa muy distinta. ¿Es que los que proceden de zonas económicamente más pobres o de familias afectadas por una crisis que no hemos causado, no podamos estudiar en la Universidad? ¿Es que los de abajo no nos levantemos los lunes para ir trabajar, si no que para ir al INEM? ¿Es que los que menos tienen, tengan más difícil plantearse las contradicciones de un sistema injusto, pero más fácil el camino hacia la precariedad? E incluso que terminemos peleando entre nosotros por trabajar en algo como Eurovegas.
Los mayores dirigentes del Partido Popular no obtuvieron las notas para ser becarios, lo cual significa que si hubieran sido de clase humilde, además de tener peores notas, no podrían haber acabado liderando una nación hacia esta ruina, primero con una burbuja inmobiliaria que supuso invertir en el ladrillo y en trabajos de baja cualificación en vez de en impulsar la industria y favorecer el acceso a la universidad.
Pero claro, a ellos no les “pagamos” para que “estudiaran”. A lo mejor si los hubiéramos pagado, hubieran sido más humildes y habrían actuado de una forma más inteligente.