Después de revolucionar las redes sociales con su más que comentada actuación, de levantar las críticas de las asociaciones de padres de EEUU y hasta de 'lograr' que la MTV impusiera la censura previa para evitar muchos más comentarios, -emitió su canción con unos segundos de retardo para poder quitar las referencias al éxtasis y cocaína de su 'We Can't Stop'-, Miley Cyrus da un golpe maestro publicitario al anunciar un explosivo dúo con Britney Spears, otra de las princesas rebeldes del pop que ha llenado páginas con sus extravagancias y sus estridencias.
Admirada por Miley, que parece querer seguir sus pasos, Britney ha aceptado de buen grado colaborar en el nuevo disco de la joven cantante, que se ha propuesto, con bastante éxito, hacer olvidar a su otro yo 'Hannah Montana', a pesar que su padre, Billy Ray Cyrus, diga que su hija "sigue siendo aquella niña".