Este enclave, conocido mundialmente por su industria textil y hasta hoy uno de los bastiones islamistas que rodean El Cairo, ha caído finalmente pues hasta ahora ni Policía ni Ejército habían conseguido entrar desde el pasado 3 de julio, cuando el general al Sisi protagonizase el golpe de Estado que devolvía al país norteafricano a manos de los militares.
A las 5:00 hora local, las fuerzas de seguridad lanzaban esta operación en respuesta a las órdenes de la Fiscalía General de detener a los involucrados en el ataque contra la comisaría de Kerdasah, el agosto pasado, explicaba el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim. Un ataque en respuesta a la asonada militar y en el que murieron once agentes de policía, durante los disturbios que siguieron a la caída del Gobierno de Mursi.
Decenas de vehículos policiales y militares entraron en la ciudad al amanecer en esta segunda operación para recuperar el control de la zona. En los enfrentamientos ha muerto un general de la Policía y han sido detenidas 41 personas según fuentes de seguridad citas por Reuters. También se han decomisado docenas de armas, entra las que había cohetes lanzagranadas.
Entre los arrestados están los tres principales acusados por el ataque contra la comisaría de la localidad, el pasado 14 de agosto, informaba la televisión estatal.
Ola de atentados
El golpe militar se ha establecido en apenas dos meses, consiguiendo que la oposición islamista sea diezmada con la mayoría de sus líderes encarcelados, al igual que miles de militantes de los Hermanos Musulmanes que han pasado a ser el enemigo principal del nuevo Estado y de sus medios de comunicación que los consideran terroristas.
La guerra contra el terror es ahora la prioridad de al Sisi, como demuestra la operación de este jueves en Kerdasah y, también, la de hace pocos días en Delga, en la sureña provincia de Minya, otro reducto islamista y escenario importante para una insurrección de los islamistas durante la década de 1990.
El golpe militar ha llevado al país del Nilo a la peor oleada de violencia de su historia moderna y ha abierto la puerta a la proliferación de células islamista radicales y a atentados terroristas, como el que sufrió ministro del Interior el pasado 5 de septiembre. Este jueves, los artificieros han desactivado dos bombas de fabricación artesanal que habían sido colocadas en el metro de la capital, según ha informado la agencia estatal de noticias MENA.
El asalto a este reducto leal a Mursi, del que ya controlan la práctica totalidad de las calles, coincide con el anuncio de las autoridades egipcias de reducción en dos horas del toque de queda instaurado tras el golpe de Estado debido la grave ola de violencia desatada tras el desmantelamiento por las fuerzas de seguridad de las acampadas islamistas en El Cairo.
"Las fuerzas de seguridad no se retirarán hasta que Kerdasah esté limpia de todos los nidos de terroristas y criminales ", aseguraba el portavoz del Ministerio del Interior Hany Abdel Latif a los medios estatales a este respecto.