El Tribunal Intermedio de Jinan (este de China), que en agosto celebró el juicio contra el ex miembro del Politburó chino, descartó los argumentos presentados por la defensa e impuso a Bo la cadena perpetua por aceptar sobornos valorados en 20,44 millones de yuanes (3,3 millones de dólares).
El tribunal, que le encontraba también culpable de la malversación de cinco millones de yuanes (unos 813.000 dólares) en fondos públicos, le impuso además una pena de quince años de prisión por este delito, así como otros siete años por abuso de poder. Las tres penas se cumplirán simultáneamente.
La sentencia supone un duro golpe a las esperanzas de Bo, de 64 años, de relanzar en algún momento su carrera política.
El ex secretario general del Partido Comunista en la ciudad de Chongqing verá también confiscadas sus propiedades personales y perderá de por vida sus derechos políticos. Aunque existe la posibilidad de que se le conmute la pena por buen comportamiento, es altamente improbable que esto suceda antes de que pase al menos una década de prisión.