Christian (Franz Rogowski), un joven solitario y tímido, comienza a trabajar en un gran supermercado. Bruno (Peter Kürth), «el de las bebidas del pasillo», lo acoge bajo su tutela y rápidamente se convierten en amigos.
Marisa, una chica alemana de 20 años, odia a los extranjeros, a los judíos, a los policías y a todo aquél que, según ella, es culpable de la decadencia de su país.