Durante los estertores de la última guerra carlista, una niña es rescatada de un orfanato por una misteriosa mujer que habita en lo profundo del bosque.
Laura (Flor Torrente) vive en Buenos Aires con su padrastro Fredo (Eduardo Blanco). Siendo tan sólo una niña, ella y su madre se marchan del País Vasco, tras supuestamente ser abandonadas por su padre.