"Aquellos que, con sus discursos y actos, así como con sus silencios cómplices, niegan la violencia de género, confunden a la ciudadanía sobre el origen de esta violencia, ponen en riesgo los logros alcanzados y, sobre todo, ponen en peligro a las víctimas, porque fomentan el silencio y el silencio es el mejor aliado para la violencia de género”.