Año 1990. Arthur es un joven estudiante de veinte años que vive en Rennes. Su vida cambia el día que conoce a Jacques, un escritor que vive en París con su joven hijo.
Durante el siglo que las separa, hombres y mujeres se conocen, se enamoran y cruzan sus destinos, creando un árbol genealógico y una fuerza vital que continuará para la eternidad…
Mathieu tiene 33 años y vive con la incógnita de no haber conocido a su padre. Una mañana, recibe una llamada de Canadá de un desconocido que dice ser amigo de su padre y que le quiere enviar lo que supuestamente le ha dejado en herencia: un cuadro.