Juan Carlos le planteó, en varias ocasiones, a Alfredo Pérez Rubalcaba y a Mariano Rajoy su decisión de divorciarse de Sofía de Grecia para legalizar la relación con su amante la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein. El entonces monarca desistió de su intención por el aspecto económico de dicha ruptura.