www.horapunta.com

Entrevista

Abel Azcona: 'El cuerpo es el lienzo perfecto para hablar de sociedad, crítica y política'
Ampliar

Abel Azcona: "El cuerpo es el lienzo perfecto para hablar de sociedad, crítica y política"

Por Redacción
x
contactohorapuntacom/8/8/18
domingo 07 de junio de 2015, 19:40h

Escucha la noticia

El artista Abel Azcona ha presentado en las instalaciones de El Hueco, Soria, su proyecto de performance ‘The shadow’. En el que expone una crítica a los abusos sexuales infantiles a través de las historias de 30 víctimas. Hora Punta estuvo hace unos días con él y esto fue lo que nos contó.

Hace unos días organizaste una ‘performance’ (intervención creo que es el termino en español) en Pamplona en la que simbolizaste un enterramiento. Era un homenaje a los fusilados y exiliados republicanos. ¿Qué te llevó a hacer este acto?

La palabra homenaje no me gusta mucho, porque es algo del pasado, algo que dejas atrás. Y esto no se puede llamar así porque aún está por resolver. Por esto para mí es un recordatorio, un punto de inflexión, de dejar claro que hay muchas personas que siguen buscando a sus familias. Es una muestra de respeto hacia todas las personas que tiene derecho a saber, explorar y a la memoria.

¿Crees que las heridas de la Guerra Civil están cerradas?

No. España es un país sin memoria en el que no interesa explorar el pasado. Somos muy de avanzar, avanzar, pero sin ni siquiera haber digerido lo anterior. Para avanzar hay que saber, construir, ser capaz de colocar cada cosa en su sitio.

¿Por qué elegiste las performances para transmitir tus ideas?

Por muchas cosas. Primeramente porque tengo un trastorno obsesivo compulsivo y llega un momento en el que trabajar con el cuerpo es sencillo y da respuestas inmediatas. Necesito hacer algo ahora y mi cuerpo me lo da. Y no hay nada más político que el cuerpo, produce cambios, crece y muere. Me parece verdaderamente el lienzo perfecto para hablar de sociedad, crítica y política. El arte contemporáneo debe ser eso.

Esta última performance tiene tintes políticos, pero en tu anterior proyecto, Las horas, en el que compartiste 24 horas con extraños en una habitación de hotel, se centraba en una vertiente social. ¿Qué buscabas con esta experiencia?

Todo mi trabajo de una forma u otra tiene tintes políticos. Porque al final lo biográfico, lo crítico y lo social es política también. Lo que hacía era una exploración personal, derivado de mi proyecto anterior Empathy and Prostitution. Iba más allá, no era sólo poner mi cuerpo en una galería y que la gente abusase de mí, sino que además lo pudiera hacer de una forma íntima.

¿Las performances son experiencias que transforman al artista?

Sí. Yo creo que el performance son experiencias que exploran la memoria, lo autopersonal, hacen que tú aprendas a ser y a conocer y es una herramienta de transformación.

Gran parte de tus obras se basan en experiencias autobiográficas. ¿Te ayudan a superar tu pasado?

No busco superar mi pasado, porque busco que mi pasado esté presente. Es decir, superar mi pasado sería engañarme, por eso no me gusta mucho la palabra terapia porque implica cura y hay ciertas heridas que no se pueden cerrar. Puedes aprender a vivir con ellas, puedes crear una estabilidad. Puedes aprender a entenderlas, incluso a ser una persona resiliente. La resilencia es salir fuerte de tus problemas.

Has realizado acciones artísticas en muchos lugares de Europa, Asia, América. ¿En alguna de ellas has perdido o se ha perdido el control?

El control no se pierde nunca porque el performance no es control. Hay unas ideas, unos cuerpos, un tiempo, un espacio, es juntar todos esos conceptos y que se cree algo. Lo bonito es que no hay que tener nada preconcebido. Lo ideal es meter muchos factores reales para que se detonen cosas de verdad.

¿Tienes algún límite a la hora de realizar estas acciones?

Ninguno. Yo digo que ni la muerte es un límite porque las performances son ideas, sentimientos e incluso cuando esa persona muera eso queda.

En 2013 terminaste en urgencias tras 42 días emulando la vida en una placenta. ¿Por qué decidiste realizar esta experiencia?

Tengo un trastorno límite de personalidad y me vino una temporada mala en la que dejé la medicación y utilicé una obra de arte para aislarme. Entonces dije: Si las enfermedades mentales están contaminadas por un montón de estímulos sociales, qué pasaría si dejases de tener esos estímulos y hasta qué punto esa enfermedad afecta al individuo. A partir del día doce paso a ser una persona no consciente. Se creó una gran respuesta social y fue tratada de una manera sensacionalista por los medios.

A ese respecto del sensacionalismo, ¿cómo crees que tratan tu arte los medios? ¿Y las críticas que recibes cómo las afrontas?

Lo tratan acorde al público que tenemos en España. La gente de aquí generalmente es mediocre y sólo hay que ver los índices de audiencia y los libros que más se venden. Creo que aquí interesa una serie de populismo a la hora de vender todo lo artístico. Todas mis entrevistas empiezan por hijo de prostituta antes que mis logros como artista.

¿Te sientes más querido fuera de nuestro país que aquí dentro?

No. Me siento diferente. Sí que es verdad que recibo más críticas en mi país que fuera, pero también me gusta. Estoy creando un arte que es para romper la asepsia mental y para crear unos detonantes.

En 2014 te hormonaste y te convertiste en una prostituta más de Bogotá. ¿Qué aprendiste con esta experiencia? Este mundo es muy duro,

Muchas cosas. La idea era madurar el proyecto Empathy and Prostitution que se realizó en un entorno controlado como es una galería, en cambio salir a la calle y ser una prostituta más me llevaba a que el público no estuviera contaminado. Nadie sabía quién era y eso hacía que fuera algo real. Aprendí procesos complicados como el de la hormonación y fue una experiencia fuerte.

¿En algún momento temiste por tu vida?

Allí es complicado porque hay pistolas, hace poco una compañera de mi edad murió, le tiraron por una ventana. Pero la verdad es que soy una persona muy segura. Siempre digo que llevo treinta años de ventaja en la vida, porque si mi madre no hubiera trabajado en esas condiciones hubiera abortado.

¿Hay algún performance que no repetirías?

Repetiría todo. Todo lo que hago es con un contenido crítico y hasta donde me lleve. Si me como el Corán y sé que me amenaza Al Qaeda y me mata me parece una respuesta política y social a un performance y que formaría parte de la pieza.

¿Cómo te sentiste al ser amenazado por esta organización terrorista?

No me sentí mal. Las performances no son sólo ir a una galería y hacer algo, sino todo lo que implica, lo que se mueve alrededor. Para mi hacer eso y todo lo que se movió alrededor era parte de la acción.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Me voy a Bolivia a hacer el proyecto de La Calle, conferencias y más cosas durante quince días. Después un proyecto x en junio, para el que me guardo los meses de julio y agosto porque puede implicar cárcel. Y en septiembre empiezo una gira por México, Panamá y Guatemala.


¿Quieres leer el artículo al completo? Accede a nuestro quiosco, desde donde podrás ver nuestra revista, navegar por nuestra hemeroteca y descargarte los números que quieras desde tu dispositivo Android, Apple o en nuestra biblioteca de Amazon. Descubre una nueva forma de acceder a los contenidos de Hora Punta, gratis y desde cualquier soporte digital. ¡No lo dudes y haz click aquí!

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (3)    No(0)

+
0 comentarios