Así lo afirmó este jueves MSF en un informe en el que aporta datos médicos para señalar el "brutal impacto" de la guerra siria, por lo que instó a las partes en conflicto a evitar bajas civiles y detener los ataques indiscriminados o dirigidos contra la población e infraestructuras civiles como mercados, hospitales o escuelas.
Según los datos proporcionados por 69 hospitales y clínicas apoyados por MSF en Siria, las lesiones causadas por los bombardeos y los combates provocaron 7.009 víctimas mortales en Siria durante el año pasado, una cifra que incluye sólo a quienes pudieron llegar a un centro sanitario.
"Los datos médicos recopilados en el informe revelan una realidad atroz", afirmó Joanne Liu, presidenta internacional de MSF, quien añadió que "el número tan alto de mujeres y niños heridos, más de 900 cada semana, deja fuera de toda duda que zonas e infraestructuras civiles han sido blanco de ataques indiscriminados o expresamente dirigidos contra ellas a lo largo de las campañas militares de 2015".