Nuevo caso de violencia racial en Estados Unidos. Un agente de la policía de Columbus (Ohio) mató en la noche del miércoles a un niño negro, de 13 años de edad, después de que sacara una pistola, que resultó ser de balines.
La muerte de Tyree King por múltiples disparos de un agente es sólo un caso más de los muchos registrados en Estados Unidos en los últimos años, que no hace sino alimentar el debate sobre el trato de la policía hacia la comunidad negra del país.
Hace sólo dos años se producía la muerte de Tamir Rice, otro menor negro de 12 años, que falleció también en Ohio por disparos policiales cuando sacó una pistola de mentira.
Dos años de protestas
Las protestas se suceden en el país desde hace dos años y se ha recrudecido en los últimos meses, con dos ataques mortales de personas negras a policías. Tal y como ha desvelado The Washington Post, en lo que va de año han muerto 681 personas por disparos policiales, de las que 39 iban desarmadas y 26 llevaban pistolas de juguete.
La jefa de la policía local, Kim Jacobs, ha salido en defensa de los agentes, ya que creyeron que el arma de King era real: "Nuestros oficiales llevan un arma que parece prácticamente idéntica a esta", alegó en rueda de prensa. "Resulta no ser un arma de fuego pero, como podéis ver, parece ser un arma de fuego que puede matar", comentó mientras enseñaba una réplica de la pistola del menor.
Muerte por presunto "robo"
Los agentes recibieron una llamada cerca de los 8 de la tarde del pasado miércoles que denunciaba un robo armado. Al llegar al lugar del suceso, la policía vio a tres hombres, cuya descripción correspondía a la de los sospechosos. Al ver a los agentes, dos de ellos, incluido King, se echaron a correr. La policía los persiguió hasta un callejón.
Según la versión policial, los agentes "intentaron tomarlos en custodia cuando uno de ellos sacó una pistola de su cintura". A continuación, "uno de los agentes disparó e impactó múltiples veces al sospechoso".
A pesar de los intentos del equipo de emergencias que se trasladó a la zona, King murió poco después en el hospital. Su compañero fue puesto en libertad condicional, a la espera de los primeros resultados de la investigación que se encuentra en curso.
Bryan Mason, un hombre blanco que lleva nueve años en el cuerpo, fue el causante de la muerte del joven. Tras una baja administrativa de una semana, el agente se enfrentará a un gran jurado que deberá determinar si, con las conclusiones de la investigación, se deben de presentar cargos contra él.