Un equipo de científicos españoles, encabezado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), se prepara para partir hacia la Antártida el 8 de enero. Su misión es investigar y caracterizar las fugas de gas metano en el Océano Austral, un fenómeno que resulta del cambio climático global y que podría acelerar sus efectos. Las fugas están relacionadas con la respuesta de los depósitos de metano en estado sólido al retroceso de los glaciares, un aspecto que será analizado durante la expedición en la Península Antártica.
El proyecto, denominado Iceflame, contará con la participación de 26 investigadores a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa. Durante su travesía, se recogerán datos del fondo oceánico a través de sondas sísmicas y muestras de sedimento, a profundidades que oscilan entre los 500 y los 4.000 metros. El objetivo principal es identificar posibles fugas de metano, un gas que provoca entre 20 y 40 veces más calentamiento global que el dióxido de carbono (CO2). Este metano se acumuló masivamente en el fondo marino antártico en forma de hidratos durante el último periodo glaciar hace aproximadamente 20.000 años.
Investigación pionera sobre los hidratos de metano
Desde la década de 1990, se conoce la existencia de estos depósitos, cuando diversas potencias internacionales comenzaron a explorar posibles yacimientos hidrocarburíferos en la región antártica. Sin embargo, hasta ahora no se ha realizado un estudio exhaustivo sobre cómo estos depósitos responden al retroceso glaciar provocado por el calentamiento global. La pérdida de masa hielo en el continente genera un levantamiento del suelo; en áreas marinas, esto resulta en una disminución de profundidad y una reducción de presión efectiva sobre el fondo, lo cual facilita las fugas gaseosas. Esto podría comprometer la estabilidad geológica del fondo marino y tener repercusiones climáticas significativas.
Los hidratos de metano son sólidos cristalinos que se asemejan al hielo y se forman bajo condiciones específicas: altas presiones y bajas temperaturas, características comunes a más de 300 metros bajo el nivel del mar en zonas polares. No obstante, desde Iceflame advierten que estas condiciones los hacen especialmente vulnerables a los cambios derivados del calentamiento global, que incrementa la temperatura oceánica y provoca levantamientos en el fondo marino, reduciendo así la presión sobre ellos. Además, estos hidratos pueden impactar negativamente en el calentamiento global e influir en la estabilidad sedimentaria marina, generando riesgos geológicos como explosiones o deslizamientos que podrían desencadenar tsunamis.
Objetivos claros para una campaña ambiciosa
Roger Urgeles (ICM-CSIC) y Ricardo León (IGME-CSIC), geólogos e investigadores principales del proyecto Iceflame, subrayan la relevancia del estudio: “Conocemos los problemas que generan los hidratos de metano en el Ártico; sin embargo, nadie ha llevado a cabo una investigación similar en la Antártida como pretendemos hacer ahora. Solo en la Península Antártica estimamos que hay alrededor de 24 gigatoneladas de carbono acumuladas en estos hidratos, equivalentes a las emisiones anuales de CO? producidas por actividades humanas durante dos años a nivel mundial. Desconocemos su estado actual; no sabemos si el metano helado está transformándose en gas”.
A lo largo de 24 días continuos a bordo del Sarmiento de Gamboa, organizado en tres turnos para maximizar la recolección de datos y muestras con sondas especializadas, se investigará cómo migran estos fluidos a través del subsuelo hasta alcanzar el fondo marino. Otro objetivo clave será analizar los microorganismos que metabolizan este gas, contribuyendo así a reducir sus emisiones junto con sus productos metabólicos.
El equipo completo también incluye a Miguel Llorente y Luis Galán del IGME-CSIC. Se prevé que embarquen el 12 de enero para permanecer hasta el 8 de febrero. “Con Iceflame buscamos llenar un vacío importante sobre cómo interactúan los sistemas relacionados con el metano ante cambios ambientales recientes en la Antártida. Esperamos que nuestros hallazgos no solo aporten al conocimiento científico climático sino también ayuden a entender mejor los riesgos geológicos asociados con depósitos cuya existencia ya está confirmada pero cuya estabilidad permanece inexplorada”, concluye León.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
20 a 40 |
Veces más calentamiento global que el dióxido de carbono (CO?) genera el metano. |
24 |
Gigatoneladas de carbono acumuladas en los hidratos de metano estimadas en la Península Antártica. |
2 |
Años de emisiones de CO? de origen humano equivalentes a las 24 gigatoneladas de carbono. |
500 a 4000 |
Métricas de profundidad del fondo oceánico donde se recogerán datos. |
Preguntas sobre la noticia
¿Cuál es el objetivo del proyecto Iceflame en la Antártida?
El objetivo del proyecto Iceflame es buscar y caracterizar fugas de gas metano en el Océano Austral, investigando cómo responden los depósitos de gas metano en estado sólido al retroceso de los glaciares debido al cambio climático global.
¿Qué técnicas utilizará el equipo para recoger datos durante la expedición?
El equipo utilizará sondas sísmicas y muestras de sedimento a profundidades que van desde los 500 hasta los 4.000 metros para localizar posibles fugas de metano.
¿Por qué es importante estudiar las fugas de metano en la Antártida?
Es importante porque el metano es un potente gas de efecto invernadero que puede contribuir significativamente al calentamiento global. Además, se desconoce el estado actual de los hidratos de metano en la Antártida y su posible transformación de sólido a gas, lo que podría tener repercusiones climáticas y geológicas.
¿Cuánto tiempo durará la campaña oceanográfica del proyecto Iceflame?
La campaña oceanográfica durará 24 días, durante los cuales el equipo trabajará las 24 horas del día en turnos organizados.
¿Qué cantidad de carbono se estima que hay acumulada en los hidratos de metano en la Península Antártica?
Se estima que hay unas 24 gigatoneladas de carbono acumuladas en los hidratos de metano en la Península Antártica, lo que equivale a las emisiones de CO? de origen humano durante dos años en todo el planeta.
¿Qué riesgos geológicos pueden estar asociados con las fugas de metano?
Las fugas de metano pueden afectar la estabilidad del fondo marino, provocando riesgos geológicos como explosiones y grandes deslizamientos del fondo, lo que podría generar tsunamis.