Muchas personas se ponen en contacto con nosotros para preguntarnos qué es necesario para viajar a Europa. Algunos países del denominado como ‘viejo continente’ mantienen una política común de fronteras, lo que se conoce como el territorio Schengen, donde hay que cumplir una serie de requisitos en función de la nacionalidad que tengas.
Empecemos hablando del territorio Schengen, es decir, una serie de países europeos que funcionan como uno solo en materia migratoria. Este espacio tiene una política común de visados en el que no existen las fronteras, por tanto, una persona que quiera visitar alguno de estos estados podrá transitar libremente por cada uno de ellos durante un máximo de 90 días en periodos de 180.
Pero, ¿qué países pertenecen a este conglomerado? Son 26, y te los enumeramos uno a uno por si tu destino estuviese entre ellos: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca, Suecia y Suiza.
Sabemos que hay otros enclaves interesantes en Europa que no hemos citado, como Ciudad del Vaticano, Mónaco o San Marino, ya que sí tienen control de fronteras, mientras que en otro lugar que se ha popularizado en los últimos años, como es Andorra, se aceptan los visados Schengen, teniendo que ser estos de ‘entrada múltiple’.
Otros que no formar parte de este espacio son: Bulgaria, Chipre, Croacia, Irlanda, Reino Unido y Rumanía. Para visitar alguno de estos será necesario tramitar otro tipo de visado, puesto que cuentan con sus propios requisitos de entrada a viajeros.
Hay que tener en cuenta además que no solo será necesario en algunos casos la visa Schengen, si no también el visado de tránsito aeroportuario Schengen, que permite permanecer y hacer escala en la zona internacional de los aeropuertos que no pertenezcan al citado territorio. Si eres de alguno de los países que sí forma de este conglomerado, no te preocupes, ya que no necesitas expedir el visado, ya que tu NIE será tu aliado.
Además, debemos advertir que las autoridades pueden pedirte una serie de requisitos, que también serán obligatorios a la hora de reclamar la visa, como tener el pasaporte vigente hasta tres meses después de la salida del espacio Schengen, tener solvencia económica para poder efectuar el viaje, comprobante de algún alojamiento (ya sea carta de invitación del anfitrión o las reservas de los hoteles), contar con un vuelo de regreso e incluso un seguro médico para el viaje.
Tanto si precisas de una visa como si no, existen seguros que pueden ser médicos y de viaje a la vez y que incluyen las coberturas necesarias para cualquier eventualidad que se dé durante el viaje. El seguro de viaje Schengen es nuestra tabla de salvación si visitamos Europa y procedemos, por ejemplo, de América para visitar a un pariente, e incluso son los propios familiares muchas veces los que se ocupan de contratarlo, ya que por un precio muy económico podemos hacer frente a los problemas que surjan.