Samantha Fink, después de un colapso público espectacularmente vergonzoso, se ve obligada a regresar a casa con su dominante madre para recuperar la sobriedad y evitar la cárcel.
Desde que en la época universitaria tuvieron un encuentro fortuito en el que ambos perdieron la virginidad, Jake y Lainey se han convertido en unos infieles compulsivos que han destruido sus relaciones de pareja una detrás de otra.