Eve creaba las rosas más famosas del mundo, pero ahora está pasada de moda, amargada y al borde de la bancarrota. A Vera, su fiel asistente, se le ocurre una idea brillante y loca que podría cambiar sus vidas para siempre.
El marido de Marie-Francine la encuentra demasiado vieja y en el trabajo es un estorbo. A sus 50 años se ve obligada a volver a casa de sus padres, que siguen empeñados en tratarla como a una niña. Dadas las circunstancias, no le queda otra opción que aceptar un trabajo en una tienda de cigarrilos electrónicos.