Cansada de su vida de jubilada, y de compararse con sus amigas que son abuelas, Marisa (Carmen Machi) decide viajar a un campo de refugiados griego donde, a su parecer, necesitan a gente exactamente como ella.
Desde que murió su madre, María ha cuidado de su padre y de sus hermanos. Responsable y controladora, siempre ha sido el pilar de la familia y se siente orgullosa de ello.