Liberadas cuatro mujeres que habían sido captadas en Rumanía mediante el método Lover Boy, típico de las organizaciones criminales formadas por miembros de ese país. La organización delictiva desarticulada controlaba varios clubes de alterne ubicados en provincias andaluzas donde, además de traficar con sustancias estupefacientes, las víctimas eran amenazadas y agredidas.