Activistas de Greenpeace han realizado una impactante protesta en Londres, tiñendo con 300 litros de tinte rojo sangre el estanque de la Embajada de Estados Unidos. Esta acción busca denunciar la venta de armas estadounidenses a Israel y las devastadoras consecuencias en Gaza, donde miles de civiles han perdido la vida. Entre los arrestados se encuentra Will McCallum, codirector ejecutivo de Greenpeace Reino Unido. La organización exige un embargo total de armas a Israel para frenar lo que consideran un genocidio en curso. La protesta coincide con el aumento de la actividad militar israelí en Gaza y refleja una creciente preocupación pública sobre el papel de EE. UU. en el conflicto.
Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Guardia Civil, han desmantelado una organización criminal dedicada presuntamente a la importación y distribución de drogas y a la introducción de armas de fuego para su posterior venta en el mercado negro. La investigación se inició en agosto del 2022, cuando se detectó un primer pase de droga en Albacete.
La investigación desvela la connivencia entre Gobierno e industria y confirma la participación de un exministro de Defensa en la venta de morteros y munición localizados en el conflicto de Yemen. Greenpeace tiene abierto un procedimiento judicial contra el Gobierno para exigir el acceso a información sobre comercio de armas españolas, que pueden estar siendo utilizadas para cometer violaciones del derecho internacional.
La venta de los sistemas de mortero Alakran, de la empresa madrileña NTGS, fue autorizada por el Gobierno incumpliendo la legislación nacional e internacional. Un vídeo grabado por guardias de fronteras saudíes muestra la presencia de este armamento en una zona en la que ha habido numerosos combates.
Multitudinarias protestas han habido en Estados Unidos, Europa, África y Sudamérica contra la venta de armas por parte de Estados Unidos a Israel en relación al régimen opresor que ejerce con Palestina.
Estados Unidos e Italia han anunciado la suspensión de la venta de armas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, que encabezan la coalición que bombardea Yemen donde desde 2015 han muerto más de 12.000 civiles y al menos cuatro millones de personas han tenido que huir de sus hogares.