La historia es una de las grandes fuentes de conocimiento, y por ello, muy buena para el aprendizaje. Cuentan –aunque ya se ha demostrado que es totalmente falso- que cuando en las Olimpiadas de 1.936, Jesse Owens ganó cuatro medallas de oro y el jefe del estado Alemán, anfitrión de los juegos, debía saludarle y felicitarle, este abandonó el estadio porque no podía ir contra sus ideas racistas.