Entre las parafilias nos podemos encontrar la formicofilia, que consiste en sentir placer mediante el sentir animales pequeños recorriendo y la vez mordiendo o picoteando sus zonas del cuerpo más sensibles como cualquier genital, el perineo, como también el ano y pezones femeninos o masculinos sin tomar en cuenta las heridas. En esta práctica se suelen utilizar abejas, caracoles, babosas, gusanos, escarabajos pero muy comúnmente son hormigas. Las picaduras o cualquier acto que realicen estos insectos les resulta extremadamente excitante al practicante.
A diferencia de la zoofilia, la formicofilia no se mantiene relaciones con el insecto usado, sino que buscan que estos los estimule; en pocas ocasiones para luego realizar el acto sexual más complaciente pero normalmente solo llegan a la excitación o placer sexual.
Es más habitual que el formicofilicos tenga fantasías sexuales con insectos cubriendo todo su cuerpo y metiéndose en sus genitales. Algunos prefieren estar vestidos y dejan al descubierto sus pies u otras partes de su cuerpo para darles más acceso a los insectos y sentir como van entrando por dentro de su vestimenta para invadir ciertas partes.
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