Grecia nos vuelve a sorprender con un movimiento inesperado de su primer ministro Alexis Tsipras que esta noche ha pedido, a la desesperada, una ampliación del programa actual mientras se llega a un acuerdo y un alivio de la deuda.
El Eurogrupo sin embargo no ha aceptado ese envite político pues considera que ahora que tiene a Tsipras contra las cuerdas, hay que cobrarse la pieza. Los socios del euro ya no ven posible una prórroga y quieren esperar al resultado del referéndum del domingo para empezar a discutir el tercer rescate.
Atenas se ha comprometido a enviar una nueva propuesta, que examinará este miércoles de nuevo el Eurogrupo por teleconferencia y consigue así detener el reloj al menos unas horas, pero se enfrenta a una situación explosiva.