Junto a este dato destacan, por un lado, el descenso de la velocidad máxima registrada por el radar, de 103 Km/h en 2016, frente a los 88 Km/h en 2017. Por otro, el porcentaje de conductores infractores empadronados en el municipio fue, en 2017, del 15,74% frente al 23,86% del año 2016.
“Las cifras nos indican que los controles de velocidad están sirviendo para concienciar a la población de los riesgos que conlleva no respetar los límites de velocidad y, por tanto, para evitar el exceso de velocidad en las calles del municipio y los accidentes, objetivos principales de esta medida”, destacó la concejal de Seguridad, Julia Tortosa.
Un equipo del Cuerpo de Seguridad Local dotado con un radar móvil es el encargado de llevar a cabo los controles que se realizan de forma periódica en distintos puntos del municipio, tanto en el centro urbano como en las urbanizaciones.