Un equipo científico internacional, liderado por el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y el Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), ha detectado un estallido cósmico inusual en una galaxia a 500 millones de años luz. Este evento, conocido como CSS161010, mostró un brillo máximo en solo 4 días y reveló características que sugieren la existencia de un agujero negro engullendo una estrella. El estudio, publicado en The Astrophysical Journal, destaca la importancia de este hallazgo para entender los agujeros negros de masa intermedia. La investigación fue posible gracias a avanzados telescopios y técnicas modernas que permitieron un seguimiento detallado del fenómeno.
Un equipo de científicos de renombre internacional, encabezado por el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y el Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), ha logrado captar un estallido cósmico excepcionalmente rápido y brillante en una pequeña galaxia situada a 500 millones de años luz. Este descubrimiento se detalla en un estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal.
El fenómeno, denominado CSS161010, alcanzó su máximo brillo en solo cuatro días y disminuyó a la mitad en tan solo 2,5 días. Esta rápida evolución convirtió tanto su descubrimiento como las observaciones posteriores en un hito científico y un desafío para los investigadores. La doctora Claudia Gutiérrez, investigadora del ICE-CSIC y del IEEC, lidera este trabajo pionero.
El evento CSS161010 fue detectado inicialmente por el Catalina Real-Time Transient Survey, con una detección previa reportada por el All-Sky Automated Survey for SuperNovae. Su seguimiento posterior, que permitió caracterizarlo adecuadamente, se realizó utilizando diferentes telescopios, incluidos el Gran Telescopio Canarias (GTC) y el Telescopio Óptico Nórdico (NOT), ambos situados en el Observatorio del Roque de Los Muchachos, perteneciente al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en La Palma.
A pesar de que fenómenos cósmicos similares han sido difíciles de estudiar debido a su naturaleza efímera, las técnicas modernas y los instrumentos avanzados han permitido mejorar significativamente la capacidad para analizar estos eventos gracias a un campo de visión más amplio y a imágenes de alta resolución.
Hasta ahora, solo se han registrado alrededor de diez explosiones cósmicas con características similares en cuanto a brillo y evolución, pero su origen sigue siendo un completo misterio. No obstante, el equipo liderado por Gutiérrez considera que las propiedades espectrales únicas del CSS161010 ofrecen pistas importantes sobre su origen físico. El análisis sugiere que podría tratarse de un pequeño agujero negro engullendo una estrella.
Esta conclusión se basa en la identificación de líneas anchas de hidrógeno que mostraban velocidades extremadamente altas, alcanzando hasta el 10% de la velocidad de la luz. Dos meses después del estallido inicial, el brillo del objeto había disminuido 900 veces respecto a su máximo. Sorprendentemente, los espectros captados durante este periodo revelaron que todos los perfiles de líneas de hidrógeno seguían desplazados hacia el azul, indicando que se acercan hacia nosotros a velocidades extraordinarias. Este fenómeno apunta a una fuerte salida de gas, algo inesperado para una supernova.
“Descubrir y analizar estas explosiones cósmicas es especialmente complicado debido a su rápida evolución”, comenta Gutiérrez. “Sin embargo, nuestra colaboración científica reaccionó ágilmente para obtener espectros de alta calidad que revelaron propiedades únicas nunca antes observadas”.
La investigadora añade: “Cuando analizamos los espectros, nos quedamos sin palabras. Nunca habíamos encontrado un perfil de línea de hidrógeno tan desplazado hacia el azul; esto indica que el gas se mueve hacia nosotros a velocidades extremadamente altas”. Esta característica intrigante llevó al equipo a investigar posibles conexiones con la galaxia donde ocurrió el evento.
El estallido tuvo lugar en una diminuta galaxia con una masa estelar unas 400 veces inferior a la de nuestra Vía Láctea. Si esta galaxia alberga un agujero negro masivo, su masa también debe ser relativamente pequeña, lo que corresponde a un agujero negro de masa intermedia (entre 100 y 100.000 veces la masa del Sol).
El profesor Seppo Mattila, de la Universidad de Turku (Finlandia) y uno de los autores principales del estudio, explica: “Identificar estos agujeros negros ha sido extremadamente difícil; actualmente conocemos muy pocos casos confirmados”.
Mattila subraya que identificar y caracterizar agujeros negros intermedios es esencial para comprender cómo se forman y evolucionan estos objetos celestes. Son componentes fundamentales para entender los agujeros negros supermasivos ubicados en los centros galácticos.
Por su parte, el profesor Peter Lundqvist, también parte del equipo investigador desde la Universidad de Estocolmo, agrega: “La evolución observada en este objeto es similar a la registrada en núcleos galácticos activos donde existen agujeros negros supermasivos”. Esto proporciona evidencias sólidas sobre la presencia probable de un agujero negro no muy masivo en CSS161010.
Lundqvist concluye: “La desintegración de una estrella cercana al agujero negro revela su existencia; es probable que haya otros agujeros negros similares en otras galaxias pequeñas”. La doctora Gutiérrez enfatiza la importancia futura: “Los telescopios capaces de escanear el cielo rápidamente serán cruciales para descubrir más fenómenos como este”. Además resalta: “Estamos al borde de una era llena de descubrimientos revolucionarios”.
Descripción | Cifra |
---|---|
Distancia de la galaxia donde ocurrió el estallido | 500 millones de años luz |
Tiempo para alcanzar el máximo brillo | 4 días |
Tiempo para descender a la mitad del brillo | 2.5 días |
Disminución del brillo dos meses después del estallido | 900 veces con respecto al máximo |
Masa de estrellas en la galaxia donde ocurrió el evento comparada con la Vía Láctea | 400 veces inferior |
El estallido CSS161010 es un evento cósmico excepcionalmente rápido y brillante detectado en una pequeña galaxia a 500 millones de años luz, que se cree fue causado por un agujero negro engullendo una estrella.
El equipo científico internacional está liderado por el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) y el Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), con la doctora Claudia Gutiérrez como autora principal.
El evento fue descubierto por el Catalina Real-Time Transient Survey, con detecciones anteriores reportadas por el All-Sky Automated Survey for SuperNovae.
CSS161010 alcanzó su máximo brillo en solo 4 días y disminuyó a la mitad en 2,5 días, lo que representa una rápida evolución inusual para fenómenos cósmicos.
El desplazamiento hacia el azul indica que el gas se mueve hacia nosotros a velocidades extremadamente altas, sugiriendo una fuerte salida de gas, lo cual es inesperado para una supernova.
Identificar estos agujeros negros es esencial para comprender la formación y evolución de los agujeros negros, incluyendo los supermasivos que se encuentran en los centros de las galaxias.
Los telescopios que escanean el cielo a alta cadencia serán cruciales para descubrir más fenómenos raros y de rápida evolución, así como los espectrógrafos avanzados para su caracterización.