Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida, ha enfatizado la importancia de que un gobierno presente sus presupuestos, especialmente en el actual contexto de emergencia democrática. Durante un acto en Madrid, Maíllo argumentó que los Presupuestos Generales del Estado deben reflejar el compromiso con derechos fundamentales como la vivienda y la redistribución de la riqueza. Criticó al bipartidismo por su fracaso en garantizar el acceso a la vivienda y abogó por un enfoque audaz que ataque las causas del auge de lo reaccionario. Además, destacó la necesidad de blindar las pensiones públicas y mejorar los servicios sociales. Esta postura busca definir las coordenadas morales del país a través de políticas inclusivas y equitativas.
Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida, ha subrayado la importancia de que un gobierno que se considere serio presente siempre sus presupuestos. En el contexto actual de “emergencia democrática” a nivel internacional, las cuentas del Estado deben servir como un “espejo” para contrarrestar el crecimiento de tendencias autoritarias y reaccionarias.
Durante un acto público en Madrid, organizado por el espacio político Plurinacional de Sumar bajo el lema ‘Un Estado plurinacional, social y verde’, Maíllo lideró una delegación de IU que previamente había mantenido reuniones con representantes de diversas fuerzas políticas. En su intervención, destacó que la vivienda debe ser uno de los ejes centrales del debate presupuestario para 2025.
Maíllo hizo hincapié en la necesidad de reconocer las diferencias existentes entre Izquierda Unida y el PSOE, partido mayoritario en el Gobierno. Aseguró que el bipartidismo ha fracasado en su deber de garantizar derechos fundamentales como el acceso a la vivienda, comparándolo con otros derechos esenciales como la sanidad o la educación.
El coordinador federal exigió un enfoque proactivo del Estado para abordar la crisis habitacional: “Es necesario crear un parque de vivienda pública y modificar la Ley de Vivienda para evitar bloqueos por parte de gobiernos de derecha”. Resaltó que las acciones exitosas en comunidades gobernadas por IU deberían replicarse en regiones donde gobierna el Partido Popular.
Maíllo también abordó la necesidad urgente de redistribuir la riqueza como eje central del debate presupuestario. Propuso medidas concretas para mejorar salarios y servicios públicos, así como una reforma fiscal que beneficie a todos los ciudadanos. La discusión sobre el salario mínimo interprofesional (SMI) también fue parte fundamental de su discurso.
Añadió que es crucial blindar las pensiones públicas en España ante las amenazas constantes que enfrentan. “Debemos sentirnos orgullosos del carácter público de nuestras pensiones”, afirmó Maíllo.
El coordinador federal enfatizó que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) reflejan las coordenadas morales de una nación. En este sentido, abogó por una atención adecuada a la infancia migrante y denunció los obstáculos impuestos por gobiernos anteriores en este ámbito. Propuso aumentar significativamente los recursos destinados a programas específicos para esta población vulnerable.
Concluyó señalando que es esencial que los grupos políticos en el Congreso definan claramente sus posturas respecto a unos presupuestos orientados a aumentar derechos y combatir desigualdades. “Es fundamental saber quién está a favor y quién está en contra de estas propuestas”, sentenció Maíllo.
Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida, asegura que un Gobierno que se precie siempre debe presentar unos presupuestos, especialmente en el contexto actual de emergencia democrática.
Maíllo sostiene que los presupuestos deben ser un "espejo" para contraponer el auge de lo autoritario y reaccionario, y servir como herramienta para atacar las causas que provocan este fenómeno.
Uno de los temas prioritarios es la vivienda, donde critica al bipartidismo por no abordar adecuadamente este derecho y aboga por un enfoque más proactivo del Estado en la creación de vivienda pública.
Maíllo menciona que la redistribución de la riqueza debe ser central en el debate presupuestario, incluyendo mejoras salariales y servicios públicos esenciales como salud y educación.
Maíllo destaca la importancia de blindar el carácter público de las pensiones, considerándolo un logro consolidado pero constantemente amenazado.
Maíllo argumenta que los PGE deben reflejar las "coordenadas morales" del país, incluyendo la atención a la infancia migrante y programas específicos para combatir la pobreza infantil.
El objetivo es que los grupos políticos se definan ante unos presupuestos que buscan aumentar derechos y atacar las causas fundamentales de desigualdad en la sociedad.