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250.000 niños sirios viven una infancia bajo asedio

Virginia González | Miércoles 09 de marzo de 2016

Alrededor de 250.000 niños viven en las áreas sitiadas de Siria entre bombardeos, ataques aéreos y bombas de barril, lo que conlleva un enorme impacto psicológico en los menores, que viven aterrados por las bombas y con falta de comida, medicinas y agua potable.



Así se desprende del informe 'Infancia bajo asedio', elaborado por Save the Children con entrevistas a más de 125 madres, padres y niños en 22 grupos de ocho zonas sitiadas durante este año.

Los niños consultados afirmaron que vivían con miedo permanente de sufrir un ataque, y los progenitores, que la actitud de sus hijos había cambiado y se había vuelto más introvertida y agresiva, o estaban más deprimidos.

Para Save the Children, estos testimonios presentan "una imagen desoladora de la vida cotidiana en las ciudades sitiadas de Siria", donde los médicos operan a la luz de las velas, faltan medicinas y hay bebés enfermos que mueren en los puestos de control.

Además, los niños se ven obligados a comer hojas hervidas y pienso para animales en su única comida diaria, y a veces los veterinarios y dentistas son los únicos profesionales médicos disponibles para tratar a las personas.

Los docentes hablan de escuelas que se instalan en subterráneos para proteger al alumnado de las bombas y los francotiradores disparan a quienes intentan escapar.

"El miedo ha tomado el control. Ahora los niños esperan su turno para que los maten. Incluso las personas adultas ya sólo esperan que alguien los mate", dijo Rihab, una madre de la zona este de Guta (al este de Damasco).

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